Se ha descubierto el primer ecosistema compuesto por una sola especie biológica, a 2,8 kilómetros bajo el suelo en la mina de oro Mponeng, cerca de Johannesburgo, Sudáfrica. En ese lugar, la bacteria con forma de bastón Desulforudis audaxviator existe en completo aislamiento, oscuridad total, sin oxígeno, y sometida a un calor de 60 grados Celsius.
La D. audaxviator sobrevive en un hábitat donde obtiene su energía no del Sol, sino del hidrógeno y del sulfato producidos por la desintegración radiactiva del uranio. Viviendo en solitario, la D. audaxviator debe construir sus moléculas orgánicas por sí misma partiendo de agua, carbono inorgánico y nitrógeno proveniente del amoniaco que existe en las rocas y fluidos circundantes. Durante su largo viaje a las profundidades extremas, la evolución ha equipado a esta versátil espeleóloga con genes (muchos comunes en las arqueas, miembros de un dominio de la vida separado del de las bacterias) que le permiten lidiar con una gama de condiciones muy variadas, incluyendo entre sus capacidades la de fijar directamente el nitrógeno elemental en el ambiente.
La D. audaxviator fue capturada, y su inusual genoma fue secuenciado y analizado empleando las técnicas de la genómica medioambiental, especialidad también llamada metagenómica, por científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, el Instituto Conjunto del Genoma, y el Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste, en colaboración con colegas de la Universidad de Princeton, la de Indiana, la Nacional de Taiwán, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad Estatal de Florida, el Instituto de Investigaciones Desérticas y la Universidad del Oeste de Ontario.
La D. audaxviator fue capturada, y su inusual genoma fue secuenciado y analizado empleando las técnicas de la genómica medioambiental, especialidad también llamada metagenómica, por científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, el Instituto Conjunto del Genoma, y el Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste, en colaboración con colegas de la Universidad de Princeton, la de Indiana, la Nacional de Taiwán, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad Estatal de Florida, el Instituto de Investigaciones Desérticas y la Universidad del Oeste de Ontario.
Aunque los investigadores ya sospechaban que se toparían con un ecosistema muy pequeño en número de especies, el hallazgo superó todas las expectativas que tenían. Comprobaron que había sólo una especie presente en la muestra. Más del 99,9 por ciento del ADN provenía del mismo tipo de organismo, y la pequeña diferencia con el total parece deberse a trazas de contaminantes de la mina y del laboratorio."Una de las cuestiones que se han planteado cuando se valora la capacidad de otros planetas para sostener la vida, es si los organismos pueden existir de manera independiente, sin ni siquiera acceso a la luz solar", comenta Dylan Chivian, del Laboratorio Lawrence Berkeley. "La respuesta es: sí; y aquí está la prueba. Es filosóficamente fascinante saber que todo lo que se necesita para la vida puede estar empaquetado en un solo genoma".
Un Ecosistema Con una Sola Especie en el Subsuelo Profundo
Un Ecosistema Con una Sola Especie en el Subsuelo Profundo
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