miércoles, 25 de marzo de 2009

Los ejércitos de langostas, voraces y caníbales

Son capaces de organizarse en millones de individuos, recorren hasta 200 kilómetros en un sólo día y a su paso sólo queda desolación en los campos. Las langostas del desierto ('Scchitorecca gregaria') tienen unas pautas de movimiento que favorecen su agrupación en grandes nubes de insectos, según acaba de revelar un equipo internacional de investigadores, entre ellos el español Carlos Escudero Liébana. Una de esas colonias podría comer en un día tanto alimento como 2.500 personas.




Conocer sus pautas de comportamiento, según los expertos, podrá ayudar al control de unas plagas que afectan, especialmente, a África Occidental, donde provocan la pérdida total de cosechas, que se devoran en pocas horas, lo que agudiza las hambrunas y causa pérdidas millonarias.
El trabajo ha sido publicado en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' y ha sido realizado por científicos de Oxford, Sydney (Australia), Princenton (EE.UU) y Uppsala (Suecia), además del matemático español, del Instituto de Ciencias Matemáticas (CSIC). Escudero ha sido el responsable de describir la ecuación matemática (diferencial estocástica o aleatoria) que permite estudiar su dinámica de grupo.
"La formación de plagas es muy compleja", asegura el investigador, "y es evidente que hay factores ambientales que participan de este fenómeno; primero debe llover y luego llega una sequía que genera escasez de comida, si bien la formación de la nube de insectos tiene un origen interno".
En un experimento en el laboratorio de Oxford, los investigadores pusieron en un recipiente diferente número de langostas y comprobaron que había un límite crítico, a partir del cual sus movimientos dejaban de ser aleatorios para ir todos los bichos en la misma dirección.
"Se comprobó que a partir de 30 langostas se comienzan a organizar, lo que es una ventaja frente a un depredador, por lo que es posible que esta característica haya sido fruto de la evolución de la especie. Cuanto más aleatoriamente se mueven, recuperan el movimiento coordinado con más rapidez", explica Escudero Liébana.
Los investigadores comprobaron que, además, cuanto más aumenta la coherencia del movimiento es menos probable que se produzcan cambios en su dirección, por lo que sugieren que las estrategias para prevenir que las plagas lleguen a los cultivos debería actuarse en las fases tempranas.
Otro de los aspectos sorprendentes de esta especie es que son caníbales entre ellos. El matemático comenta que "se repelen unos a otras, pero cuando se agrupan y van todas juntas, no pueden parar porque la que lo hace es devorada por la que viene detrás". "Esperamos que estudios como éste permitan ahondar en la comprensión de su movimiento y mejorar el control de las plagas", añade.
Hasta ahora, han sido pocas las investigaciones que se habían realizado sobre este insecto, cuyas plagas no afectan a los países desarrollados. Ya en tiempos del Antiguo Testamento, se recoge su presencia como uno de los grandes desastres bíblicos que asoló Egipto.
La última gran plaga tuvo lugar en 2004, cuando las nubes de langostas alcanzaron las costas canarias. En Mauritania, Níger, Senegal y Malí aquel fue uno de los factores que provocaron una tremenda hambruna, dado que acabaron con todos los cultivos.







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