jueves, 28 de agosto de 2008

Descubren la Fuente de los Meteoritos Más Comunes

Dos astrónomos, T. Mothé-Diniz (de Brasil) y D. Nesvorny (de EE.UU.), han conseguido encontrar por primera vez asteroides similares a las condritas ordinarias, los meteoritos más comunes hallados en la Tierra. Hasta ahora, no había sido posible identificar las fuentes asteroidales de estos meteoritos.




La mayor parte de los meteoritos que recogemos en la Tierra viene del cinturón principal de asteroides situado entre Marte y Júpiter. Estos meteoritos fueron expulsados de su "cuerpo materno" asteroidal después de una colisión, fueron introducidos en una nueva órbita, y finalmente cayeron sobre la Tierra.
Los meteoritos son una importante herramienta para conocer la historia del Sistema Solar porque su composición es un registro de los procesos geológicos que se produjeron mientras todavía estaban unidos a su asteroide madre.
Una importante dificultad es que los astrónomos no conocen de manera directa el lugar exacto de la procedencia de la mayoría de los meteoritos que vienen del cinturón de asteroides.
Durante muchos años, los astrónomos no lograron identificar al cuerpo madre de los meteoritos más comunes, las condritas ordinarias, que representan el 75 por ciento de todos los meteoritos recogidos.
Para encontrar el asteroide del cual procede un meteorito, los astrónomos deben comparar el espectro del meteorito con los espectros de los asteroides. Ésta es una tarea difícil porque los meteoritos y sus cuerpos madre sufrieron diversos procesos después de que el meteorito fuera expulsado. Se sabe, por ejemplo, que las superficies asteroidales son alteradas por un proceso de "erosión espacial" que probablemente es causado por micrometeoritos y la acción del viento solar, y que este proceso transforma de manera progresiva los espectros de las superficies de los asteroides. Por lo tanto, las características espectrales de los asteroides llegan a ser diferentes de las de sus meteoritos asociados, haciendo más difícil la identificación del cuerpo asteroidal materno.
Las colisiones son el principal proceso que afecta a los asteroides. Como consecuencia de un fuerte impacto, un asteroide se puede romper, y sus fragmentos mantener la misma órbita que el asteroide original. Estos fragmentos constituyen lo que los astrónomos llaman "familias de asteroides".
Hasta hace poco tiempo, muchas de las familias de asteroides conocidas habían resultado ser muy viejas (formadas entre cien millones y varios miles de millones de años atrás). De hecho, las familias más jóvenes son más difíciles de detectar como familias porque los asteroides están más cercanos unos de otros.
En 2006, fueron identificadas cuatro nuevas familias de asteroides extremadamente jóvenes, con edades de entre 50.000 y 600.000 años. Estos fragmentos deben pues, tras su separación, estar menos afectados por la erosión espacial que las familias más viejas. Mothé-Diniz y Nesvorny observaron entonces estos asteroides usando los telescopios Géminis, uno situado en Hawai y el otro en Chile, y obtuvieron sus espectros visibles. Compararon los espectros de los asteroides con el de una contrita ordinaria (el meteorito de Fayetteville) y encontraron una notable concordancia.
Este descubrimiento también confirma el papel que desempeña la erosión espacial en la alteración de las superficies de los asteroides.



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