viernes, 22 de agosto de 2008

Tendencia Natural a la Empatía y la Conducta Etica en la Infancia

Los niños con edades entre los 7 y los 12 años parecen estar inclinados de manera natural a sentir empatía por otros niños que experimentan dolor, según unos investigadores de la Universidad de Chicago, quienes emplearon la exploración con Resonancia Magnética Funcional por imágenes (fMRI) para estudiar las respuestas cerebrales en los niños.



Tales respuestas en los escaneos fueron similares a las encontradas en los estudios con adultos. Los investigadores comprobaron que los niños, al igual que los adultos, muestran respuestas al dolor de otros en las mismas áreas del cerebro.Este estudio, realizado por Jean Decety, Kalina Michalska y Yuko Aktsuki, es el primero que examina en niños tanto la respuesta neuronal al contemplar el sufrimiento de otros, como la generada al ver a alguien causando dolor a otro de modo intencionado.Según los resultados del estudio, la "programación" para la empatía es algo que, por así decirlo, ya "viene de fábrica" en el cerebro de los niños normales, y no es el producto exclusivo de la educación familiar o de cualquier otra influencia. Comprender el papel del cerebro en la respuesta al dolor puede ayudar a los investigadores a entender cómo las "averías" cerebrales ejercen influencia sobre el comportamiento antisocial, como lo es el bullying (acoso repetido de un grupo de niños a otro niño).Para su investigación, el equipo mostró a 9 niñas y 8 niños, desarrollados de manera normal, con edades de entre 7 y 12 años, imágenes de personas que sufrían dolor, ya fuera éste provocado accidentalmente o de manera deliberada por alguien.
Mientras eran sometidos a las exploraciones con la fMRI, a los niños les mostraron animaciones empleando tres fotografías de dos personas de quienes sólo eran visibles las manos derechas o los pies derechos. Las fotografías mostraban personas con dolor causado accidentalmente, como cuando se caía un pesado tazón sobre sus manos, y situaciones en las que las personas habían sido heridas, como cuando una persona le pisaba intencionadamente el pie a otra. También les mostraron fotografías no asociadas al dolor y animaciones en las que alguna persona aliviaba a otra su dolor.Los escaneos mostraron que las partes del cerebro que se activan cuando los adultos ven imágenes de dolor también se activaban en los niños.Cuando los niños vieron las animaciones de alguien causando daños de manera intencionada, también se les activaron las regiones del cerebro involucradas en la interacción social y en el razonamiento moral.


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