miércoles, 20 de agosto de 2008

Identificado un Eslabón Evolutivo Entre los Seres Unicelulares y los Pluricelulares

¿Qué tienen en común los seres humanos y los organismos unicelulares llamados coanoflagelados? Más de lo que se podría creer.




















Una nueva investigación sobre el ADN de los coanoflagelados muestra que estos arcaicos organismos tienen niveles proteicos similares a los que las células de organismos más complejos (incluidos los humanos) emplean para comunicarse unas con las otras.


Según las conclusiones del nuevo estudio, este descubrimiento ayuda a confirmar el papel de los coanoflagelados como eslabón evolutivo entre los organismos unicelulares y pluricelulares.

El hallazgo sugiere además que las proteínas empleadas para ayudar a las células a comunicarse entre ellas pueden tener también otras funciones.
Los investigadores son de la Universidad de California en San Francisco, y del Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg, Alemania.De los coanoflagelados, o al menos de sus ancestros, se ha sospechado desde hace mucho que son el puente entre los microorganismos unicelulares y los pluricelulares.
Muchas pistas apuntaban a esta conclusión, entre ellas el hecho de que los coanoflagelados son similares a las células individuales de las esponjas marinas, y a diferencia de la mayoría de los flagelados, emplean su flagelo o rabo para impulsarse por el agua, en vez de ser arrastrados por él.

Analizando el genoma de los coanoflagelados, recientemente secuenciado, los investigadores descubrieron otra similitud entre ellos y la mayoría de los organismos multicelulares: su código genético es portador de los marcadores de tres tipos de moléculas que las células usan para fabricar la proteína de señalización fosfotirosina.Los animales dependen de la fosforilación de la tirosina para permitir un volumen importante de comunicaciones entre sus células, incluyendo respuestas del sistema inmunitario, y la estimulación del sistema hormonal, entre otras funciones cruciales. Estas rutas de señalización de la fosfotirosina emplean un sistema de componentes moleculares en tres partes para hacer posibles estas comunicaciones. Si no contáramos con estas tres moléculas para ayudar a nuestras células a "escribir", "leer" y "borrar" los mensajes químicos entre ellas, nuestros cuerpos nunca serían capaces de realizar las tareas complejas que son necesarias para sobrevivir, como la digestión de los alimentos o la respiración, ni de perpetuar la especie a través de la reproducción.
Otros análisis genómicos habían mostrado que algunos microorganismos contienen algunas de estas moléculas en pequeñas cantidades, pero nunca las tres juntas. Esto tiene sentido, si tenemos en cuenta que estos organismos unicelulares no necesitan tales herramientas para comunicarse entre las células, pues están compuestos por una sola. Lo que hace, sin embargo, únicos a los coanoflagelados, es que presentan las tres moléculas. Es más, están presentes en cantidades proporcionalmente tan grandes como las de los organismos multicelulares de mayor tamaño.





Identificado un Eslabón Evolutivo Entre los Seres Unicelulares y los Pluricelulares

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