sábado, 13 de septiembre de 2008

Los médicos desmontan el mito de que las hormonas protegen a las mujeres del infarto

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte entre las féminas y aumenta su incidencia a edades cada vez más tempranas. La supuesta protección biológica se ve superada por los malos hábitos




















El tabaco agudiza el riesgo de sufrir un infarto.

Las enfermedades cardiovasculares no son sólo cosa de hombres. Al contrario de lo que ronda por el imaginario colectivo, los episodios cardíacos tienen mayoritariamente rostro de mujer y cada vez más joven. En los últimos diez años los médicos han constatado un aumento progresivo de este tipo de dolencias entre la población femenina. La enfermedad cardiovascular es el diagnóstico más frecuente entre las mujeres dadas de alta de los hospitales. El consumo de tabaco, el estrés, el sedentarismo y el uso de anticonceptivos orales son los principales factores de riesgo. Pero no los únicos enemigos.
El paso de la edad también influye a la hora de sufrir un ataque al corazón o cualquier otro tipo de episodio cardíaco, aunque no tanto como se pensaba hasta ahora. Se creía, por ejemplo, que los infartos eran una amenaza exclusiva para las personas mayores de cincuenta años, y ahora se sabe que también pueden afectar a más jóvenes. Además, los expertos acaban de desmontar una falsa idea tan arraigada entre la sociedad como entre el colectivo médico: las mujeres en edad fértil no están «protegidas» por las hormonas sexuales, los estrógenos, sino que son una diana como otra cualquiera para sufrir un ataque al corazón. Esa supuesta protección biológica se ve superada por el impacto de unos malos hábitos cada vez más extendidos.
Hasta fechas bien recientes, la salud del corazón femenino no había sido considerada seriamente. La hipótesis de que los hombres son más propensos a sufrir este tipo de dolencias caló tan hondo que han tenido que ser las estadísticas las que mostraran la cruda realidad. Tres de cada diez mujeres sufren problemas cardiovasculares, a las que hay que sumar los casi 3.000 fallecimientos por esta causa entre la población femenina vasca en 2006, el último año con estadísticas oficiales del Eustat. Los tumores, principalmente de mama, aparecen como la segunda causa de muerte (2.019 fallecidas). Entre los hombres ese orden se invierte. El cáncer causó 3.561 fallecidos y las enfermedades cardiovasculares, 2.664.

Patrones masculinos.
Francisco de la Cuesta, cardiólogo del Hospital Donostia, admite que «hasta hace bien poco la sociedad y también la clase sanitaria consideraban la enfermedad cardiovascular como una enfermedad de hombres, entendiendo que la mujer, sobre todo antes de la menopausia, estaba libre de ella». Pero la realidad ha demostrado lo contrario. «Hay que desmontar el falso mito, con el hemos sido instruidos muchos médicos, de que las hormonas protegen a la mujer de la enfermedad cardiovascular. Es más, los estrógenos aumentan esta patología, no la protegen», afirmó recientemente el doctor Esteban López de Sá, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Si bien es cierto que la mayor parte de muertes por episodios cardíacos se producen a edades ya avanzadas, principalmente entre los 70 y los 89 años, los médicos empiezan a detectar casos prematuros en mujeres adultas que no llegan a la cincuentena. ¿El motivo? La mujer repite los patrones menos recomendables que habían hecho del hombre el mejor candidato para sufrir un infarto. Por ejemplo, el consumo de cigarrillos. «Las mujeres jóvenes fuman muchísimo y ya sabemos que quien más fuma tiene más probabilidades de padecer este tipo de enfermedad», explica De la Cuesta. Casi la mitad de las menores de 35 años es adicta al tabaco, un porcentaje algo más bajo (36,8%) para el colectivo de entre 36 y 50 años.
La hipertensión también está atacando con discriminación a las féminas, sobre todo a medida que avanza la edad. Ellas están asimismo abocadas a sufrir diabetes, una enfermedad que acaba en una enfermedad cardiovascular en tres de cada cuatro casos. Y un factor que también les amenaza especialmente: las mujeres aguantan más tiempo con el dolor antes de acudir a urgencias. «Ante síntomas idénticos, la mujer tarda más en acudir al hospital que el hombre, llega más tarde y se le atienden episodios cardíacos más graves», explica Lorenzo López, cardiólogo de la Fundación Española de Corazón.

Malas perspectivas.
Las primeras consecuencias de estas diferencias de género ya han empezado a asomar la cabeza en las estadísticas y, lo que es peor, los médicos prevén un «importante incremento» de enfermos cardiacos en los próximos años, especialmente mujeres. Ante estas perspectivas, los especialistas han volcado sus campañas de prevención hacia la población femenina. La Fundación del Corazón ha escogido el lema Cada mujer, un corazón como tema central de la Semana del Corazón que se celebrará del 9 al 12 de octubre.
Hay que cambiar el curso de las estadísticas. La herencia genética en las enfermedades cardíacas pesa un 25% a la hora de sufrir una dolencia cardíaca. El resto lo añade la propia persona y es precisamente ese plus donde quieren incidir los médicos. «Hay que conseguir que las mujeres se conciencien», subraya De la Cuesta. «Lo mismo que acuden a revisiones ginecológicas, también tienen que ponerse las pilas en su salud cardiovascular», añade. Apenas un sólo factor de riesgo a los 50 años incrementa considerablemente las probabilidades de sufrir una dolencia cardíaca.



Los médicos desmontan el mito de que las hormonas protegen a las mujeres del infarto. diariovasco.com

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