domingo, 14 de septiembre de 2008

Primera investigación a gran escala sobre las experiencias cercanas a la muerte

La Universidad de Southampton, en el Reino Unido, ha puesto en marcha el primer estudio a gran escala sobre las llamadas “experiencias cercanas a la muerte” o ECMs. En centros hospitalarios del Reino Unido, de Norteamérica y de Europa los científicos analizarán el fenómeno de las ECMs, descritas por personas que han estado al borde de la muerte y han sido reanimadas. Dichas personas afirman haber experimentado una serie de sensaciones durante su muerte clínica. La ciencia tratará de dar explicación a un fenómeno incomprensible pero que, gracias a las nuevas tecnologías, está pasando del campo de lo paranormal al terreno de la investigación empírica. Por Yaiza Martínez.



















El Proyecto Conciencia Humana (el Human Consciousness Project), de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, ha iniciado un curioso estudio, bautizado como AWARE, que supondrá la primera investigación científica a gran escala sobre las llamadas “experiencias cercanas a la muerte” o ECMs. Se denomina ECM a la amplia gama de experiencias personales asociadas con la muerte inminente, y que consisten en las percepciones que ésta conlleva. Estas percepciones son conocidas gracias a los testimonios de personas que han estado a punto de morir o que han pasado por una muerte clínica, pero después han sobrevivido. En nuestros tiempos, las técnicas de reanimación cardiaca han ayudado a que el número de testimonios de este tipo aumente. Las sensaciones relatadas por pacientes (como abandonar el cuerpo, levitar, miedo extremo, serenidad total, seguridad, calidez, absoluta disolución o la visión de una gran luz al final del túnel o de seres –que, según las creencias de cada individuo suelen identificarse con Dios, los ángeles, familiares fallecidos, etc.-) han hecho que se les dé a estas experiencias una perspectiva espiritual y paranormal. Explicación científica Pero, ¿qué explicación puede dar la ciencia a las ECMs? El estudio AWARE, que tratará de dar una respuesta a esta pregunta, será llevado a cabo por un grupo internacional de científicos y de médicos, que han unido fuerzas para analizar el cerebro, la conciencia y la muerte clínica. Según informa la Universidad de Southampton en un comunicado, la investigación estará dirigida por el doctor Sam Parnia, un experto en el campo de la conciencia durante la muerte clínica, además de autor del libro What happens when we die?. Parnia lleva ya años estudiando este fenómeno. En 2001, por ejemplo, la BBC publicaba que el investigador había hecho un estudio piloto en el hospital general de Southampton con 63 pacientes que habían sido reanimados tras estar clínicamente muertos. Cuatro de ellos informaron, en entrevistas posteriores, que habían vivido experiencias paranormales, como atravesar un túnel y reunirse con familiares fallecidos. Algunas de esas personas, incluso, dieron detalles específicos de los intentos de resucitarlos. Parnia declaró entonces que “algún tipo de conciencia debe haber estado presente, puesto que, al regresar, pudieron contarnos lo que les había pasado”. En el comunicado de la Universidad Southampton, Parnia explica: “contrariamente a la percepción popular, la muerte no es un momento específico. En realidad es un proceso que comienza cuando el corazón deja de latir, los pulmones dejan de trabajar y el cerebro deja de funcionar. Es lo que en medicina se denomina “parada cardiorrespiratoria”, que desde un punto de vista biológico es sinónimo de la muerte clínica”. Aplicación de tecnología Al estado de muerte clínica lo sigue un periodo de tiempo, de entre unos segundos y una hora aproximadamente, en el que los esfuerzos médicos pueden conseguir revertir el proceso de la muerte. Conocer lo que las personas experimentan durante la muerte clínica supone una oportunidad única de comprensión del proceso humano de la muerte, explica Parnia. Con esta finalidad de conocimiento, y tras una fase piloto del estudio de 18 meses de duración desarrollada en diversos hospitales del Reino Unido, la investigación se extenderá ahora para incluir otros 25 centros hospitalarios británicos, europeos y norteamericanos. El estudio AWARE aplicará una sofisticada tecnología para estudiar el cerebro y la conciencia humanos durante las paradas cardiorrespiratorias. Al mismo tiempo, probará la autenticidad o no de las llamadas experiencias fuera del cuerpo examinando la capacidad de “ver” y “oír” durante el estado de muerte clínica. Para ello, los investigadores utilizarán imágenes aleatoriamente generadas, que se ocultarán para poder ser vistas sólo desde arriba. El estudio se completará con la investigación BRAIN-1 (Brain Resuscitation Advancement International Network - 1), que consistirá en realizar tests psicológicos a pacientes que hayan sufrido paradas cardiorrespiratorias, y en la aplicación de técnicas de registro de la actividad cerebral para intentar determinar métodos que mejoren el cuidado médico y psicológico de enfermos en este estado. Pruebas empíricas Lo cierto es que este tema despierta un notable interés entre los científicos. Desde esta perspectiva, estudios recientes llevados a cabo por investigadores independientes han aportado ya algunos datos, como que entre el 10 y el 20% de las personas con parada cardiorrespiratoria y muerte clínica analizadas han presentado, en ese periodo, procesos mentales estructurados, capacidad de razonar e, incluso, recuerdos detallados de la situación en la que se encontraba su cuerpo, de su entorno entonces o de las personas que intentaron reanimarlos. Asimismo, en 2001, una investigación médica realizada en hospitales holandeses con 344 pacientes que habían sufrido la muerte clínica por efecto de crisis cardíacas estableció que el 18% de ellos recordaba haber vivido experiencias mientras su cuerpo estaba sin vida. Más recientemente, la BBC se hizo eco de la publicación del libro “Near Death Experiences of Hospitalized Intensive Care Patients, a Five Year Clinical Study” escrito por Penny Sartori, una enfermera de cuidados intensivo del hospital Singleton del País de Gales, que tras cinco años de estudio del fenómeno de las ECMs, decidió plasmar los datos recopilados para ayudar a los profesionales médicos a tratar con los pacientes reanimados. Todas estas investigaciones se enmarcan en los estudios que, durante años, han llevado a cabo psiquiatras como Elisabeth Kübler-Ross o George Ritchie. En la actualidad, y a pesar de que el tema de las ECMs haya sido tradicionalmente considerado materia para el debate filosófico, los avances en la ciencia y, especialmente, en las técnicas de reanimación y de resucitación, lo han ido llevando cada vez más al terreno empirista.



Primera investigación a gran escala sobre las experiencias cercanas a la muerte

1 comentario:

Haideé Iglesias dijo...

Siempre que no caigan en la necedad, como ya he visto hacer a algunos investigadores, arrogantes y queriendo poner explicaciones de todo tipo para no salirse del cerebro... Y las investigaciones hace ya mucho tiempo que se están haciendo desde otros ambitos, querer ahora llevarse la palma y dejar a los que fueron pioneros en estas investigaciones, no me habla sino una vez más de la gran soberbia que mueve a la mayoria de los cientificos. Ya se que a ti te caen bien, pero pienso que es más importante la investigación que las personas que la realizan. Hablar de que estos tienen el poder del empirismo y los otros son escoria,lease paranormal, es una aberración deribada del mismo palo.
Y como comiencen a tergiversar todo, volveremos a caminar para atrás cientos de años, cuando lo que es necesario es caminar hacia adelante. Estos científicos siempre van a la cola de todo, pero luego se erigen en los adalides de ello. Siempre la misma miseria humana, ganas que tengo de que acaben estas estupidas guerras entre quien fue el primero y el mejor... otra vez digo: como niños, ni madurez ni nada que se le parezca.
Lo he visto tantas veces a mi alrededor...tantas que me llena de una tristeza infinita, prefieren verte muerto antes que reconecerte valia, y luego lo venden como propio...así no evoluciona hacia mejor una sociedad...
En fin...
Un abrazo Manu.