La velocidad a la que reaccionamos en situaciones amenazantes puede tener implicaciones de vida o muerte. En el pasado más primitivo, podía significar escapar de un depredador. Hoy puede significar desviarse para evitar un choque frontal contra un automóvil.
En los últimos años, se ha venido pensando que los mamíferos tienen en sus cerebros dos sistemas de toma de decisiones que operan a velocidades diferentes para enfrentarse con situaciones diferentes.
La nueva investigación de la Universidad de Bristol apoya esta teoría, y ha mostrado que las presiones evolutivas para desarrollar habilidades fuera del alcance de la parte más antigua, más rápida pero menos exacta del cerebro, condujeron al desarrollo más reciente de la corteza, de más lenta acción pero más precisa, existente en los humanos y los animales superiores.
Probablemente el cerebro subcortical en los humanos se utiliza en la toma de decisiones. Sin embargo, el examen por fMRI revela ahora que parte de la corteza exterior (que se desarrolló más recientemente en nuestro pasado evolutivo) también se utiliza en la toma de decisiones.
¿Por qué el cerebro necesita estas dos áreas de toma de decisiones? ¿Qué beneficios aporta al respecto la nueva corteza? Después de todo, ese componente adicional del cerebro significa portar un peso extra y también un consumo extra de energía. Además, el arcaico sistema subcortical, ¿no resulta ahora un sistema redundante innecesario? En ese caso, ¿podemos esperar que se atrofie en los humanos futuros y de ese modo sus cerebros sean más pequeños?
Para responder a estas preguntas, Pete Trimmer, autor principal del estudio, preparó modelos teóricos que representan los dos sistemas. Para la confección de esos modelos, se asumió que el sistema subcortical actúa muy rápido pero con poca precisión, en tanto que la corteza permite recoger mucha información antes de tomar una decisión informada y es por consiguiente más lenta.
Para responder a estas preguntas, Pete Trimmer, autor principal del estudio, preparó modelos teóricos que representan los dos sistemas. Para la confección de esos modelos, se asumió que el sistema subcortical actúa muy rápido pero con poca precisión, en tanto que la corteza permite recoger mucha información antes de tomar una decisión informada y es por consiguiente más lenta.
Los resultados de las simulaciones con ambos modelos demostraron que cuando el nivel de la amenaza es alto, como el riesgo de ser atacado por un animal peligroso, es muy útil tener un sistema de acción rápida aunque sea inexacto. Pero al enfrentarse a situaciones nuevas o muy poco frecuentes, o en situaciones complejas con muchas señales contradictorias como es el caso de las interacciones sociales, el sistema cortical es más utilizado que el sistema subcortical. Cuando nuestro estilo de vida se hizo más complejo, el beneficio de recoger la información antes de tomar una decisión ejerció una presión evolutiva en el antiguo cerebro. Esto pudo haber llevado al rápido desarrollo de la corteza en los mamíferos.
En definitiva, si los humanos de las futuras generaciones continúan viviendo en un mundo peligroso, con animales salvajes o automóviles de rápido desplazamiento, todavía habrá un beneficio evolutivo en mantener el sistema subcortical y es improbable que se atrofie.
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